A tope con Topo

Para hablar de Topo hay que ponerse de pie. Son uno de los estandartes del rock urbano de finales de los setenta y principio de los ochenta. Surgidos a partir de una escisión de Asfalto, Lele Laina y José Luís Jiménez siguen dando el callo sobre el escenario como hace casi medio siglo. Y para muestra el disco que pronto verá la luz. Aprovechando su primer concierto en eléctrico tras este impasse forzoso de la pandemia, tuvimos la oportunidad de hablar con esta pareja que suman entre ambos, más edad que todos los artistas juntos que suenan en una hora en Los 40.

La primera pregunta es de rigor: ¿cómo están Topo?

Topo [T]: Los chicos están de puta madre. Encantados por volver a ensayar y lo que ello conlleva: estudiar, practicar y, principalmente, poder sacar un disco que ya tenemos en el horno y que es de lo mejor que hemos parido últimamente.

Estáis con el ralentí del coche, esperando a que escampe un poco el temporal para poder lanzar este siguiente disco …¿qué se va a encontrar la gente y vuestros fans en este nuevo trabajo?

T: En el 2019 lo teníamos todo atado y bien atado para este disco: las colaboraciones, la promoción, etc. Pero llegó el 2020 y el maremoto COVID lo arrasó todo. Toda esto de la pandemia ha hecho que tengamos que emplear mucho más tiempo en su elaboración. Nos hemos tenido que organizar, por ejemplo, para poder coincidir en las sesiones de grabación pero bueno, ya está acabado y en próximas fechas verá la luz.

Del disco habéis presentado ya “Maldito Dinero”. Algo a lo que ya cantaron, por ejemplo, Obús hace 40 años. Está claro que el dinero no da la felicidad. Ese dinero que corrompe y transforma ¿Nos ha demostrado la pandemia que efectivamente el dinero nunca puede estar, por ejemplo, por encima de la salud, o la familia, los amigos?

T: Bueno, el tema del dinero que tratamos en esa canción es un poco enrevesado. Nosotros somos muy raros haciendo letras pero lo que queremos decir ahí es que el dinero es un ente maldito. Pero oye: ¡qué bueno es el dinero!. Esta canción es como una fábula donde hay lobos, corderos y serpientes y nosotros le hemos dado ese enfoque y nos ha gustado como ha quedado.

Con un son más rockero que Maldito Dinero, vuestro segundo adelanto “Pinta en Espadas” ya está publicado. Pasamos del oro del dinero a las espadas. ¿Quiénes son esos zombis que blanden las espadas? ¿ganará al final la razón? ¿estallará ese ritmo de la calle?

T: Cualquiera que tenga el disco y lo escuche va a identificar rápidamente de quienes se trata. Ahí están los Trump, los Vox,….vamos que parece que estamos en los años 30 con Hitler, Franco y toda aquella pesca. Yo creo que la pandemia les ha frenado un poco porque si no no sé hasta donde hubiésemos llegado.

Mucho se habla de como saldrá la sociedad de esta situación pandémica. Pero si nos fijamos en el mundo de la música y del rock en particular y desde el punto de vista que confiere la experiencia sobre las tablas de medio siglo ¿Cómo creéis que saldremos de esta? ¿De color es el futuro de la música en este país?

T: Creemos que ahora estamos en una época donde hay muy buenos grupos. E incluso nos atreveríamos a decir que quizás son hasta los mejores de la historia de este país. No lo decimos por nosotros los veteranos, sino por los grupos nuevo. Traen nuevas fórmulas e ideas muy interesantes. Lo que oímos en los locales, en las radios es madurez, con arreglos muy interesantes y de gran calidad. Estos grupos son el futuro inmediato, aunque muchas veces son refritos bien hechos de nuestras ideas. Hay que saber que el R&R es sota, caballo y rey, es decir, tres acordes y, a partir de ahí todo lo demás. Pero vamos, que la historia es cíclica y se repite. Seguro que Chuck Berry cuando oía a los Beatles o a los Rolling pensaba lo mismo. La única diferencia es que ellos inventaron algo nuevo, algo que no existía.

Tras haber leído libros como “El cuento de la criada”, “Los juegos del ¨hambre” o haber visto “1984”, me voy y escucho con atención la letra de Vallekas 1996 y más en estos tiempos donde hemos estado confinados tantas horas en casa y digo…estos chicos eran unos visionarios…En que se ha parecido esta situación de confinamiento a lo que anticipasteis en las postrimerías de los 70? Hay que enseñar a nuestros hijos a amar y a disfrutar de la libertad?

T: Faltaría más. Eso está por encima de todo. Hay que enseñar a la gente a que sea libre. Nosotros habíamos leído ese libro y queríamos darle al tema una visión pasado-futuro. No sale el Gran Hermano pero sí la televisión que juega su papel.

Y sin embargo la pandemia o situaciones como “La Filomena” también ha visto brotar ese lado altruista de mucha gente. Muchos se preguntaban “donde estarían sus amigos” y esta situación ha servido también para ver que lo mismo tenemos amigos más cerca de lo que pensamos…

T: Pues sí. De todas formas ese tema es como una continuación de “Días de Escuela”. Una segunda parte de lo que contábamos en ese tema y con ese grupo. Es una colección de anécdotas e historias de nuestra juventud.

“Ser Urbano”…un tema del año 78 y decís que produce como 10 y cobra como 1. Cuarenta años más tarde este tema sigue estando de actualidad. Ahí tenemos a los riders sin ir más lejos. ¿No se entiende que deberíamos ir a mejor? Bueno…el Rayo no ha empatado en casa, sino que ha subido…

T: Yo creo que estamos hasta peor. Y el Rayo volverá a empatar. Pero vamos, que hablamos de una mujer maltratada por su marido entonces y ahora seguimos igual.

No me gusta tocar temas políticos en las entrevistas porque aquí venimos a hablar de música pero hay veces que la música sirve como vector para denunciar algo en la sociedad. En vuestro mítico tema “Días de Escuela” hablabais de esos días de vuestra infancia que seguro que habéis vuelto a recordar a ver iniciativas de grupos políticos que abogan por volver a cantar un himno al entrar en el colegio. ¿Qué opináis de este tipo de medidas que parecen retrotraernos a tiempos pretéritos que ya pensábamos superados? ¿Cuándo nos daremos cuenta en este país que la educación es el principal cimiento de un futuro mejor para todos?

T: Cuenta, cuenta…nosotros nos damos cuenta. Los que no se dan cuenta son otros. Hay que entender que la educación empieza en la casa de cada uno. Por muchos profesores buenos que tengamos en los centros escolares, quien más enseña es la casa.

Bueno, desde el punto de experiencia y bagaje que dan los años que lleváis sobre las tablas, voy a hacer una serie de preguntas relativas a vuestra carrera ¿Hay algún lugar donde no hayáis tocado nunca y os gustaría tocar?

T: En Hammersmith, por ejemplo. Ahí ha tocado Fito, por ejemplo. Sería una ilusión.

¿Con quién os hubiera gustado compartir escenario en alguno de estos años?

T: Buff, con muchos…Por decir algunos: Graham Nash o mejor con Crosby, Stills & Nash. Vaya tribu. Es la pregunta más difícil que nos has hecho (risas).

Echando la vista atrás, ¿hay algo que Topo no hayan hecho y que les gustaría hacer?

T: Ganar mucha pasta (vuelven las risas). Pero vamos, que lo emplearíamos en comprarnos un montón de guitarras, amplis, tener un estudio propio de grabación para poder producírtelos tú mismo, sin necesidad de tener que esperar a que alguien te lo proponga. Grabaríamos un disco cada semana.

Si pudierais volver a esos tiempos posteriores a vuestros días escolares y estuvierais a punto de dar vuestro primer concierto: ¿qué cambiaríais?

T: No cambiaríamos nada. Lo malo va a estar siempre. Hemos sido muy felices en este mundo de la música.

¿Qué le debe Topo a la música? ¿Y la música a Topo?

T: Pues no lo hemos planteado nunca. Topo le debe a la música millones de minutos gloriosos y felices para nosotros y para la gente que nos escucha. Eso no tiene precio. Tocaríamos gratis y sin pensarlo. A nosotros la música nos debe…pasta, mucha pasta

¿Han creado Topo escuela en el Rock Nacional?

T: Eso dicen. Tanto como escuela no lo sabemos. La banda tiene su identidad. Somos complicados en las cosas que hacemos. Pero vamos, que hay mucha gente que hace versiones de Topo y eso nos llega y nos llena especialmente. Que te digan “eso suena a Topo” pues esalgo muy grande. Eso es lo que nos llevaremos el día que lo dejemos.

La Factoría de Ritmo agradece la cercanía y familiaridad del grupo en su totalidad, y las facilidades dadas por Santi de MartinMusic para hacer posible esta entrevista.