TocamÁs: Un sano ejercicio de nostalgia

TocamÁs: Un sano ejercicio de nostalgia
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Observaciones: Fotos por cortesía de Gor Discos

TOCAMÁS: Un sano ejercicio de nostalgia.

TocamÁs

TocamÁs   Toño Muro y Patxi Osinaga formarón allá por el año 1977 en Pamplona el grupo Tocamás, una formación que nació para una actividad puntual, dar un fondo musical a una exposición del pintor Ernesto Murillo (Simónides).

Pero las composiciones fueron bien recibidas y se decidieron a actuar en directo. Así lo estuvieron haciendo durante una buena temporada.

Ese grupo no tuvo una especial repercusión en su momento, aunque si dejó un buen recuerdo tanto en sus componentes como en el público que asistió a sus conciertos.

Además fue el embrión del que surgieron, bien directamente, o bien del círculo cercano, una buena tanda de músicos que con los años formarían parte del algunas de las bandas más reseñables del rock navarro en los 80 y 90.

Toño Muro, tras la disolución de Balerdi Balerdi (su grupo durante los 90), sitió la apetencia de recuperar aquellas canciones y grabarlas con buen sonido, pues apenas quedaba ningún vestigio de aquellas canciones, para que así no se perdieran en el olvido…

Y de ésta forma se ha publicado “Tocamás”, una grabación en la que se ha intentado recrear el espíritu de aquella época: un sano ejercicio de nostalgia hecho con cariño.

Hemos entrevistado a Toño, para que nos cuente como era el panorama musical en Pamplona en aquellos años y de paso nos cuenta lo que ha rodeado a la edición de este disco:

·  ¿Cuál fue el impulso final que te llevo a liar a todo el mundo en la grabación de las viejas canciones de Tocamás?

Después de la disolución de Balerdi Balerdi, se me venían frecuentemente a la cabeza las viejas canciones de Tocamás, tal vez porque ya habían pasado 25 años de aquello. Pensé que con los medios de que disponíamos ahora, desde los instrumentos, hasta la ocho pistas, tenía la ocasión de hacer una grabación digna de aquellas canciones, para difundirla, ante todo, entre los amigos que las oyeron en su momento y aún las recordaban. Cuando se lo propuse a Patxi Osinaga y a Marino Goñi, y vi con cuántas ganas asumían el proyecto, lo demás, incluida la liada de tantos amigos, vino rodado, aunque a algunos haya habido que darles más de un empujón.

·  ¿Es un ejercicio de nostalgia o tienes pensado revivir el grupo con actuaciones?

Sí que es, cómo no, un ejercicio de nostalgia: una nostalgia que creo muy legítima, parecida a la que siente cualquier aficionado a la música, cuando oye por enésima vez las canciones que escuchó a sus quince, treinta o cuarenta años; es la misma nostalgia de los músicos que tocan sus viejas canciones o sus versiones favoritas.

En ningún momento hemos pensado en el directo; lo que queríamos era que esas canciones que sonaban en nuestra memoria, pudieran ser oídas físicamente, mediante la grabación; y una vez conseguido, nos damos por satisfechos.

·  Tocamás fue un grupo significativo en Pamplona, pero para la gente de fuera y que nos queda un poco lejos lo que significó. ¿Cuándo nació Tocamás? ¿Cómo se formó?

Curiosamente, Tocamás surgió, en la primavera de 1977, para hacer una grabación: se trataba de una casete que fuera la música de acompañamiento de una exposición del pintor y dibujante de historietas Ernesto Murillo, más conocido por Simónides. Patxi Osinaga empezó a pergeñar las letras a finales de 1976, y enseguida fuimos poniéndoles música y completando los textos al alimón, durante el invierno · 77. Con ayuda de Javier Calderón al bajo, Fernando Coronado a las percusiones y Teresa en la voz femenina fuimos grabando las canciones en un casete de los de entonces, una por una, repitiendo la toma cuando alguien se confundía. Cuando se hizo la exposición, a la gente le gustaron las canciones, que casaban muy bien con la estética entre pop y kitsch de los cuadros; en todos se hacían referencias a lo más personal y local, a Pamplona, junto a otras más generales y sociales, centradas en la publicidad y los mass media. Al terminar, algunos amigos nos animaron a tocar en directo, y llegamos a hacer algo más de una docena de actuaciones, durante un año.

·  La banda la formabais tú y Patxi Osinaga, supongo que con otros músicos. ¿Qué significó el grupo en aquel momento y en vuestra ciudad?

Empezamos actuando los mismos que participamos en la grabación. En el verano nos dejó Teresa (¿o la dejamos?), y a finales de año entró Escarolo con la guitarra eléctrica. Además, a comienzos del 77, actuó Michel Longarón como batería, en ausencia de Fernando, que hacía un viaje de vacaciones.

En aquel momento, las actuaciones de Tocamás fueron una especie de liberación momentánea de algunas frustraciones y tabúes heredados del franquismo. En nuestros conciertos la gente saltaba o bailaba (algo que no se podía hacer en los de rock sinfónico o en los recitales de los cantantes protesta) y coreaba nuestros estribillos (“Oh… ¡villavesa de mi amor!”); incluso algunos llegaron a aprenderse de memoria algunas canciones (“Limones del Caribe”, “Las anchoillas”…). Sin embargo, no fuimos capaces de consolidar el grupo: siempre dependimos de que nos dejaran un equipo de sonorización, no teníamos amplificadores, tocábamos de memoria e improvisando, porque no ensayábamos nunca…

Desde la perspectiva actual, creo que Tocamás fue el primer impulso para recuperar el rock en Pamplona, aunque, propiamente, no se tratara de un grupo de rock. Cuando empezamos, habían desaparecido los conjuntos de los años sesenta y los grupos que en los primeros setenta intentaron hacer rock progresivo o sinfónico. Solo había folk y protesta (FERMÍN VALENCIA, ETORKIZUNA…) En las últimas actuaciones compartimos cartel con KAFARNAUM (el primer grupo de Enrique Villarreal, el Drogas), y enseguida fueron apareciendo otros como LANDRÚ (que luego se llamaron TUBOS DE PLATA), TENSIÓN (con Josetxo Ezponda en la voz)… Creo que éstos ya supusieron el arranque del nuevo heavy y el punk, a finales de los setenta.

·  ¿Tuvisteis repercusión fuera de ella?

Solamente hicimos dos actuaciones fuera de Pamplona: en Tafalla y en Tolosa; en ambos casos, algunos buenos amigos consiguieron que tocáramos en festivales con otros cantantes o grupos, pero sin mayor repercusión. Realmente, solo tuvimos seguidores en Pamplona y alrededores. Por otra parte, mientras duró el grupo no se nos ocurrió hacer copias de la cinta de la exposición, y difundirla como una maqueta; pero es que en esos años (· 77) no existía ninguna infraestructura musical, ni el concepto de lo que luego fueron las maquetas, claro.

·  En esta nueva grabación habéis respetado en todo lo posible los arreglos originales de la canciones. ¿No existía ninguna grabación de la época hubiera podido ser “salvable”? ¿Ha sido difícil meterse en la piel de vosotros mismos, pero con casi 30 años menos?

La cinta que hicimos para la exposición está en muy mal estado; esto se puede comprobar en el último corte del CD , donde aparece la canción que mejor se ha conservado, y suena… como suena, mal. Por otra parte, en la primera grabación no aparecía la batería, mientras que en los conciertos siempre sonó, a cargo de Fernando o de Michel. Así que lo que hemos intentado reproducir ha sido el estilo de los directos, incluso con los punteos improvisados, sin añadir arreglos especialmente elaborados. Eso sí, hemos tocado casi siempre con guitarras eléctricas, aunque también se escuchen unas cuantas acústicas. Desde luego, no podemos tocar igual que hace 27 años, pero como nunca hemos sido unos virtuosos como músicos…

·  GOR ha apostado por vuestro disco y además Marino Goñi ha sido el productor, y el técnico, y Antonio Goñi se ha encargado del diseño y la maquetación. Parece una gran involucración. ¿Hay algo especial que una a los hermanos Goñi con Tocamás o con vosotros?

Con Marino, Antonio y Patxi Goñi nos unen años de amistad y de música compartida, desde la época de Tocamás y aún antes. Marino, que estudió y pasó los años setenta en Madrid, asistió a uno de los mejores directos de Tocamás, en Sanfermines del 77. Al regresar a Pamplona, él y Miren fueron dos amigos más de la cuadrilla y participaron en el grupo que siguió a Tocamás, FULETAMOL, junto con Patxi Osinaga, Ángel Arbe y yo mismo. Las relaciones, amistosas y musicales, han continuado hasta hoy.

Por otra parte, en casa de Marino, situada en un pueblo próximo a Pamplona, hemos reunido los instrumentos y acondicionado un pequeño local de ensayo; allí se han grabado las canciones de Tocamás. Así que la relación es personal y apenas profesional. De Patxi y Antonio Goñi, cambiando los detalles concretos, podemos decir lo mismo: somos viejos amigos y compañeros de variadas aventuras, muchas de ellas musicales.

·  Han pasado mucho tiempo y han cambiado muchísimas cosas a muchos niveles. ¿Qué diferencias especialmente significativas nos destacarías en cuanto al ambiente musical en tu ciudad?

En este cuarto de siglo han mejorado muchas cosas, aunque en el panorama musical (y mucho más en el social) haya luces y sombras. Concretaré algo referido a la música.

En Pamplona, ni entonces ni ahora, ha habido salas estables para tocar, aunque ahora en los alrededores sí que haya un par de ellas; eso que hemos ganado. En el centro y la parte vieja, ni siquiera se han mantenido los locales más modestos (bares y similares) que fueron la base del boom de los ochenta (aquello que se llamó “rock radical vasco”), y son imprescindibles para foguearse y encontrarse con el público. Las sucesivas alcaldías de UPN han hecho todo lo posible para suprimirlos, y lo mismo vale para las actuaciones al aire libre en los barrios.

Las nuevas generaciones disfrutan de muchas más posibilidades para aprender a tocar, o ensayar en locales de alquiler; además, proporcionalmente los instrumentos y equipos son mucho más asequibles para ellos. Pero, hoy como ayer, la técnica no es más que un factor, y no el decisivo, para hacer música popular, como es el rock en sus diversos estilos; y puede llegar a ser un inconveniente, si la exhibición técnica se confunde con la calidad musical o con la comunicación con el público. En Pamplona hemos conocido varios ejemplos de grupos que han alcanzado un apoyo del público más allá de las limitaciones técnicas de los músicos, algo que sucedió en las efímeras carreras de Tocamás y de Tensión, así como en los inicios de Tijuana in Blue y de los Huajalotes.

·  Tú, Antonio Muro, y tu compañero, Patxi Osinaga, tenemos entendido que después de Tocamás habéis estado en mil aventuras musicales. ¿porqué grupos y proyectos habéis pasado? ¿estáis en la actualidad con alguno de ellos en activo?

Ya he hablado antes del grupo que siguió a Tocamás, Fuletamol, y sus integrantes; fue importante
para todos nosotros porque entonces empezamos a tocar rock puro con guitarras eléctricas y amplificadores, aparte de hacer algunas canciones que recordamos con placer. Luego, tras la disolución de Fuletamol a finales de 1980, Patxi Osinaga (guitarra y voz)y Ángel Arbe (batería y voz) formaron Kontuz· Hi!, de tendencias más punk y soul, mientras Marino (bajo y voz), su hermano Patxi (guitarra y voz) y yo mismo creamos Motos, de estilo más mod y pop· rock. Kontuz hi! se mantuvo hasta finales de los 80. Entretanto, los Goñi y yo formamos parte, primero, de Fiebre (en torno a 1985), con un estilo mezcla de pop· rock y reggae, y más adelante de Balerdi Balerdi (a partir de 1990), haciendo música en euskara de tonos próximos al rock guitarrero americano. Tengo que decir que los otros dos integrantes de Balerdi Balerdi, Sergio (batería) y Blanca (teclados) también han participado en la grabación de Tocamás.

En la actualidad, ninguno de los dos estamos “en activo” en ningún grupo.

·  ¿Qué tal se está recibiendo el CD en vuestra ciudad? ¿Está provocando también interés fuera de ella?

Respecto a las ventas, no tengo ni idea; pero sí sé lo que algunos que lo han escuchado me han comentado. Los que conocieron a Tocamás, en general, están encantados con la grabación, porque les recuerda a lo que oyeron, eso sí, con buen sonido. Los más jóvenes no saben muy bien qué opinar: se ríen con algunas letras, y otras les parecen muy pasadas (de moda o de rosca); en cuanto a la música, los ritmos, las melodías y los arreglos, en general les resultan incomprensibles.

No creo que haya llegado a mucha gente fuera de Pamplona; me gustaría que así fuera, y conocer su opinión, sobre todo de quienes vivieron aquella época de sequía musical.

TocamÁs·  Y nada más, salvo dejarte espacio por si deseas añadir algo más para nuestros lectores.

Me gustaría explicar cuáles fueron algunas fuentes de inspiración para Tocamás.

En el ámbito del rock, las primeras Mothers of Invention de Frank Zappa, y el rock californiano en general, con Grateful Dead a la cabeza. En el folk progresivo, seguíamos admirando a The Incredible String Band. En la música catalana, que era la más cercana para nosotros, nos gustaban los discos de Pau Riba, Sisa, Pere Tapies… Entre los españoles, nos gustaron los directos de la Desde a Santurce a Bilbao Blues Band de Moncho Alpuente. Además, cualquier música escuchada en la radio, especialmente la usada en publicidad, o que pudiera tener un aire popular (en cualquier sentido) nos servía de estímulo para la parodia, la manipulación y la imitación, desde Machín y Peret, hasta Gaby Pahinui (hawaiano descubierto por Ray Cooder en 1975), pasando por Vinicius de Moraes y Jose Afonso.

En cuanto a las letras, aparte de las de casi todos los anteriores, que conocíamos por traducciones caseras, nos ayudaron de diversa manera textos de algunos surrealistas franceses (Hans Arp, Antonio, Artaud), vanguardistas hispanoamericanos (Nicanor Parra, Oliverio Girondo) y españoles de posguerra (C. E. De Ory, A. F. Molina, A. Ibarrola), sin olvidar al paisano Ramón Irigoyen.

Entrevista por: F-MHop
Fotos por cortesía de Gor Discos
(Fecha de publicación: 14/10/2004)

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

Sobre los autores del artículo:

F-MHop
Jefe de redacción de La Factoría del Ritmo desde su fundación en 1995. Ha colaborado en diversas publicaciones musicales, entre las que se encuentran Rockdelux, Hip Hop Life, Hip Hop Nation, Serie B, Metali-k.o., Zona de Obras, Pulse! Latino o Astur Music. También ha hecho radio, colaborando con Onda Cero, Arco FM y Onda Verde Gijón. También fue beatmaker en el grupo Soul Dealers, practicantes de un Hip Hop combativo y comprometido.

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