Un disco seminal para el rock vasco que se crearía en décadas posteriores, grabado por un puñado de chicos visionarios con ganas de agitar el panorama cultura de su tierra y también de divertirse mucho.
El mítico sello Oihuka, hoy en día en manos de la Elkar Fundazioa, ha reeditado recientemente el álbum debut de Hertzainak, originalmente publicado en el año 1984 por el sello Soñua.
La reedición se ha realizado en vinilo, respetando el arte de la edición original, lo que incluye el espectacular collage de la contraportada (donde aparece el Peñón de Gibraltar, el Papa Wojtyla, Ronald Reagan y los miembros del grupo entre otros personajes), la viñeta representando una manifestación reprimida por la policía autónoma vasca y el recortable de una porra antidisturbios.
Hertzainak son un de los pilares fundamentales del rock en euskera, pioneros en utilizar ese idioma para la música juvenil de influencia anglosajona que llegaba a su tierra junto a otras pocas bandas, como Itoiz y Zarama. Llegaron a ser uno de los grupos más éxitos del País Vasco y Navarra, aunque precisamente esa elección idiomática les supusiera una barrera muy difícil de esquivar para que lograran el éxito en otras tierras donde La Polla Records o Kortatu lo habían conseguido.
Hertzainak nació por impulso de Xavier Montoia, conocido en los 70 e inicios de los 80 como Gamma, que había estado un periodo viviendo en Londres, había conocido de manera directa la explosión punk del 77 y regresó a su ciudad, Vitoria, pensando que sería una gran idea crear un grupo inspirado por todo aquello, pero hablando del día a día en el País Vasco. Enseguida convenció a Josu Zabala y juntos dieron forma al concepto del grupo y ficharon al resto de músicos.
Con sus primeras actuaciones y su primer maqueta llamarón la atención del público y aunque su solvencia instrumental en aquellos momentos era muy cuestionable, muchos supieron ver en ellos un gran potencial. Algo que demostrarían a lo largo de los siguientes años, en los que fueron publicando una serie de álbumes en los exploraron diversas orientaciones estilísticas, exhibiendo un gran inconformismo artístico a costa de no ofrecer al público lo que se esperaba de ellos en cada momento.
El grupo se había fundado en 1981 y se disolvió en 1993, con un punto álgido en 1991, cuando publicó el álbum en directo “Zuzenean 19.01.91” (también registrado en video y publicado en DVD). Puntualmente ha habido una resurrección del grupo este mismo año, con dos actuaciones ofrecidas los días 25 y 26 de septiembre en Bilbao, si bien solo participaron dos de los miembros originales Josu Zabala y Gari, acompañados por otros músicos que no militaron en su momento en el grupo.
Pero volvamos al disco que nos ocupa, su álbum debut, que se lanzaría en 1984 con el sello Soñua. En esos momentos ya había habido cambios en la formación, habiendo salido Montoia de la misma, algo que fue un duro golpe para el grupo, porque además del fundador era el cantante.
Pero pronto encontrarían a un sustito en un joven de 18 años llamado Gari, que cantaba en un grupo llamado Ziper. El grupo lo completaban Enrique Sáez de Villaverde (guitarra), Luis Javier Saiz, Txanpi (batería) y Tito Aldama (saxofón), además de Josu Zabala, que era líder (además de bajista, corista, acordeonista y compositor).
Cuando el grupo entró a grabar el álbum ya gozaba de cierto éxito y Marino Goñi, responsable de Soñua, fue quien propuso la grabación al grupo e incluso tuvo que insistir. El grupo estaba centrado sobre todo en pasarlo bien y el consumo de drogas formaba parte de la diversión y del ritual para afrontar los conciertos. Algo que puede explicar el desparrame con el que se encontró en el estudio el técnico de sonido Josean López durante los días de grabación, hasta el punto que tuvo que dejar el trabajo y ser sustituido por Óscar Clave, “El Brujo”.
En aquellos días el grupo no estaba conformado por virtuosos, pero sí por jóvenes que estaban convencidos de lo que hacían y tenían la suficiente amplitud de miras para transformar lo que habían escuchado en sus grupos anglosajones preferidos en algo propio, con un resultado que les hizo ser etiquetados como “los Clash” vascos. Lejos de ser una copia del grupo inglés, sí es cierto que en sus canciones había punk, pero también rock clásico y además se adentraban divertidos en los ritmos tropicales, lo cual les conectaba con aquella banda.
En las letras había ironía, retratos de la cotidianidad y el conflicto vasco también estaba presente, siendo los temas donde la referencia es más clara “Pakean utzi arte” (dedicada a Javier San Martín Goikoetxea Piti, militante de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, fallecido en 1983) y “Kontrola!” (contra la presencia de las fuerzas de seguridad del estado en el País Vasco). Aunque también había críticas para los guardianes de la pureza de la cultura vasca (“Dorgas A.E.K.’n”) y para quienes pasaban de estrictos militantes extremistas a asimilados por el sistema (“Kamarada”).
Si bien, las canciones que más calaron en el público fueron las incursiones jamaicanas, “Arraultz Bat Pinu Batean” y “Ta zer ez da berdin“, en las que en tono humorístico revindicaban un futuro Euskadi con clima tropical. Estas canciones inspiraron a otros grupos posteriores (Potato o Korroskada por ejemplo) e incluso hubo cierta tendencia en encasillarles en esta tendencia, aunque ellos solo la practicaron de forma puntual (aunque fueran pioneros en su tierra en hacerlo).
En el disco colaboraron Ruper Ordorika, Natxo “Cicatriz” y la Banda Municipal del Ska. Además, el hoy en día muy famoso actor Karra Elejalde, junto a Biyok, firmaba una de las composiciones (el tema que cierra el disco “Ta zer ez da berdin“). Apuntar, como curiosidad adicional, que en la grabación del disco se utilizó una batería Simmons SDSV, la primera de tipo electrónico que se puso a la venta y que fue muy popular en los años 80, y que contra todo pronóstico, se utilizó en varios discos seminales del rock vasco (incluido el “Salve” de La Polla Records).
El debut de Hertzainak es un disco histórico, que se puede considerar imprescindible para todos los aficionados al rock vasco, pues es una de sus grabaciones clave. Esta reedición es una gran oportunidad para disfrutar del disco, con un formato estéticamente muy atractivo (ventajas del tamaño del vinilo frente al CD) y con un interior bastante respetuoso con la edición original, si bien se han incorporado las portadas de todos los discos publicados por el grupo y se echa de menos haber añadido unos créditos más detallados, en lo que se pudiera leer los compositores de cada canción y los músicos participantes en cada una de ellas.
En definitiva, una buena reedición de un disco histórico, altamente recomendable.
Más información: https://elkarmusika.eus/oihuka/
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).