El abogado y crítico cinematográfico, además de escritor, nos presenta su nueva novela: "Primero el corazón".
Nos sentamos en la mesa de un bar, de tranquis, pedimos dos cafés y nos estrechamos la mano. Me han contado que compartir mesa con el Juan Manuel escritor es casi casi un deporte de riesgo. Desde luego, más que un deporte de riesgo es una experiencia poco habitual, y lo digo porque no es sencillo en los tiempos que corren atreverse a no morderse la lengua, y en eso Juanma es todo un maestro. Me mira con expresión pícara y punzante, y empezamos…
Hola Juanma, quería preguntarte, lo primero de todo, qué es para ti la vida y cómo se entrelaza, si es que se entrelaza, con la creación en general, y la literaria en particular.
En un libro de aforismos que escribí hace un tiempo decía que la vida tenía alma eslava, porque que era a la vez montaña rusa, ruleta rusa y matrioska rusa. En la vida hay constantes subidas y bajadas, diferentes capas de profundidad y el azar adquiere demasiado protagonismo en ella. En una de esas capas, normalmente de las más profundas, está la creación literaria.
Sobre si se puede entrelazar creación y vida, yo lo intenté un día y el resultado -vicreación y creacionida- fue un poco extraño.
Eres un autor que navega entre la ironía, el humor y la realidad cruda que vivimos, generalmente visitando de soslayo sus sombras más que sus luces, pero creo que tu arma principal es precisamente esa luz cristalina para llegar a tu objetivo…
Para desmentir la premisa de la pregunta y demostrar que el humor no se me da nada bien, precisaré que me mareo cuando navego – no solo entre el humor y la realidad, sino también entre Algeciras y Ceuta- y que todo, incluso la realidad, la prefiero cocida.
También estás, al menos, en esta última novela, coqueteando continuamente con el arte más cercano a lo cinematográfico, muchos coincidimos en que este nuevo texto es como vivir una película de hora y media, que incluso provoca ganas de pillarse unas palomitas…
Creo que todas mis novelas tienen mucho de cinematográfico. Lo que es bastante natural, dada mi biografía: mi madre nos ponía con cuatro o cinco años películas de los hermanos Marx, de los Monty Python, de Hitcoch… Tuve un videoclub un tiempo y dentro de nada llevaré diez años haciendo crítica cinematográfica en la radio.
Creo que cada vez que escribo una novela estoy en realidad rodando la película que me hubiera gustado dirigir.
Leyendo “Primero el corazón”, me he reconocido en alguno de los personajes… y tengo la sensación de que le pasará a muchos de los lectores….
Muchos de los personajes y escenas que se plasman en la novela están basados en amigos, conocidos y situaciones que he vivido directamente o que me han contado. He puesto a los personajes nombres muy comunes y he hecho que fluyeran por escenarios muy reconocibles, para provocar precisamente en el lector esa sensación de reconocimiento que me acabas de apuntar. Todo ello con la intención de generar una mayor inmersión del lector en el libro. En cierta manera fantaseaba con crear una especie de novela 4D, y para ello era fundamental que los personajes, las situaciones y los escenarios fueran muy identificables.
Cuando finalmente cierras esta novela, ¿la esperabas así? ¿Para ti, como es así? ¿Qué esconde Primero el corazón que no se atreve a mostrar?
Nunca sé que espero de un libro mientras lo estoy escribiendo. Normalmente tengo una idea general de lo que quiero hacer y tres o cuatro situaciones y personajes más o menos definidos; pero a partir de ahí dejo que todo fluya, que la historia y los personajes , en cierta manera, me escriban la historia. O que escriban su historia, que es quizá una forma más acertada de expresarlo. Para mí esta forma de trabajar es la más lógica y también la más cómoda. No establezco diálogos con los personajes; dejo que ellos se expresen y yo me limito a obedecerles. Por eso no sé que espero de una novela antes de escribirla. Es en cierta manera preguntar – y perdón por la analogía tan manida- qué esperabas de tu hijo antes de que naciera. Sería un poco raro decir que esperabas que fuera abogado de éxito o bailarín de tangos profesional. Lo normal es que esperaras que creciera sano y feliz. Trasladado esto al libro, debo decir que lo que esperaba de él es que creciera sano – o sea, que encontrara una buena editorial – y que fuera feliz – esto es, que vendiera muchos libros-.
Eres un tío muy involucrado en los medios de comunicación, y también eres crítico en la propia vida, que no es poco. Política, preferentes, juzgados…¿es un espejo todo ello que refleja fielmente lo que has plasmado en la novela?
Decía André Maurois que cultura es aquello que queda después de haberlo olvidado todo. Yo creo que esta reflexión es especialmente oportuna en la creación literaria. En el papel vuelcas el poso de lo que has vivido. En un libro – un buen libro- debe reflejarse la huella que al autor le han dejado unas determinadas experiencias, siendo secundarios o insignificantes los detalles concretos de esas experiencias. Lo importante es su destilación. Si no hay ese poso, ese destilado de la experiencia, el libro valdrá bien poco. Las experiencias en bruto no valen nada, literariamente hablando. Es como decir que una persona es muy culta porque se sabe de memoria la lista de los reyes visigodos.
El poso de todas mis experiencias vitales son la sustancia de “Primero el corazón”. Más allá de que pueda gustar más o menos el libro o que algunos de sus diálogos puedan ser más o menos ingeniosos, lo importante de la novela es que en ella me estoy narrando a mí mismo; eso sí, a través de personajes, situaciones, pensamientos, y diálogos interpuestos. Y esta narración de mí mismo no tiene nada que ver con que yo piense, sienta o pueda parecerme más o menos a uno u otro personaje . Eso siempre es accidental. Ni siquiera el mensaje final – aparente o no- del libro tiene que tener que ver con mis verdaderas convicciones o intenciones. Cuando digo que en la novela me estoy narrando a mí mismo, lo estoy afirmando en un sentido mucho más profundo.
¿Crees en Dios? ¿Influye en el proceso creativo? Te lo pregunto a bocajarro porque existe la teoría literaria que sugiere que la creación del artista viene de un ser superior…
Creo en el bolígrafo que tengo a mi lado porque puedo tocarlo; en la silla que tengo enfrente porque puedo verla y en el amor, porque puedo sentirlo. A dios, ni le toco, ni le veo, ni le siento.
Has ganado premios literarios, y es curioso verte con la camiseta manchada puesta, cuando los chicos de Alas Ediciones siempre afirman que los concursos literarios existen para perderlos
Yo pensaba lo mismo de los premios hasta que gané el primero…. (guiño-codazo- guiño, dirigido a mis amigos de Alas) Y por cierto, me siento muy orgulloso de llevar la camiseta manchada de Alas. Presiento que vamos a volar muchos años juntos…
Reconozco que me he incluso descojonado en ocasiones leyendo pasajes del libro, creo que el humor es uno de sus puntos cardinales, pero también es la antesala o la herramienta que entrega el desazón existencial que estos tiempos, sobre todo para nuestra generación, nos ha puesto delante…
El humor es, con el autoengaño, la mejor estrategia de la que disponemos para soslayar los aspectos más difíciles de la vida. Tomada como herramienta literaria permite que el lector digiera mejor las partes más amargas del libro y la desazón en la que quedan sumidos algunos de los personajes.
¿Por qué, realmente, decidiste apostar por una editorial tan peculiar como Alas, sin lucro, adoradores de cicatrices…una editorial independiente con una carga de idealismo alta y en ocasiones irreverente con el mundo editorial actual…
¿Queeeeeé? ¿Sin ánimo de lucro has dicho? Espero que te refieras a la editorial y no a mí, que espero de este libro todo el lucro del mundo. Aparte de lo del lucro – pero a contrario- me identifico con Alas en su querencia por las cicatrices, en su idealismo y en su independencia.
En Alas siempre los textos son el pretexto para su reinterpretación. Ni las portadas de los libros, ni los videos asociados, ni otro tipo de extensiones son casuales. Directo al corazón, o entre las cejas, como dirían los fundadores de de Alas ediciones..eso es la literatura para este proyecto editorial…¿te identificas con ello?
Me encanta la idea de Alas de asociar y fusionar en el complejo proceso de edición que ellos acometen – original y distintivo en cada una de sus fases- diferentes artes, evitando compartimentos estancos artísticos. Al final uno no sabe si el libro es un pretexto para desarrollar el resto de disciplinas artísticas o lo contrario… o ninguna de las dos cosas o quizá ambas a la vez. En cualquier caso, es una experiencia que nos enriquece a todos.
Además la editorial tiene un punto energía, de inclasificable y de utopismo consciente que me ha convertido en un devoto (i)reverente de ella.
¿Qué es para ti un fotograma? (porque “Primero el corazón” es una sucesión incandescente de fotogramas, o al menos así la quiero interpretar)
Es una revista de cine dicha en singular. Una revista que, por cierto, hace críticas bastante malas.
Por último, el día 18 de noviembre, en la Sala Blackbird, se inicia la gira de presentación de este libro, con la grabación nada menos de la propia presentación…Su nombre es, desde luego, original: “Brun Fiction”…¿te gustas?¿Te adoras?¿Crees que serás capaz de bailar como lo hizo Travolta de la mano de Tarantino?
Conociéndome tan bien como me conozco, no entiendo en absoluto esa adoración que me tengo a mí mismo. De verdad que me resulta inexplicable.
Y respecto a lo de Travolta, tengo que decir que su baile en “Pulp Fiction” no tiene ningún mérito: no es complicado bailar como los ángeles cuando tienes enfrente a una diosa como Uma Thurman. …
Muchas gracias por compartir un rato con nosotros.
Un abrazo.
Video presentación del libro “Primero el corazón” de Juanma Brun:
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).
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