Cuando alguien se mete en este mundillo de la música independiente y underground, descubre a infinidad de grupos que merecen la pena, pero que por mil razones pasan desapercibidos y terminan desapareciendo.
El mercado musical es injusto, los grandes medios copan las posibilidades de llegar al público y esto lleva a la gran mayoría de los artistas a un segundo, tercer o cuarto plano del que es prácticamente imposible salir.
Pero si alguien se mete en el mundillo de la música independiente y undergroud, como nosotros hicimos hace un montón de años, es porque el mercado musical le importa poco y lo que realmente valora es disfrutar de la música, sin más.
Por ello, aunque cierta tristeza nos sobrevino cuando recibimos esta maqueta y supimos que suponían el epílogo final de Laberinto Gris, también es cierto que ésta se compensaba con la alegría de ver cómo el grupo había logrado el objetivo que se le presupone a todo grupo: hacer buenas canciones.
Atrás quedan muchos ensayos, infinidad de cambios de formación, amigos que se quedaron en el camino y la ilusión de los conciertos. Pero al menos quedan un puñado de canciones, que son el testimonio del aprendizaje de la banda y que ahora, con estas cuatro últimas, también son testimonio de madurez, frescura e inspiración.
Los cuatro temas son rápidos, se desenvuelven con agilidad, evolucionan con variedad y naturalidad desde las estrofas hacia los estribillos y suenan como un todo… Aunque uno se puede fijar en la voz de Oscar (buena, sentida, versátil), la eficacia de la sección rítmica, los aportes de la guitarra (que se luce cuando hace falta sin resultar pesada) y en los arreglos de teclado (que aportan puntualmente brillo), también uno se puede perder en la escucha global y disfrutar de las canciones como unidades en sí mismas.
Las letras siguen los parámetros que les habíamos escuchado en otros temas anteriores, tratando de desamores, ganas de salir adelante y sentimientos sometidos a los vaivenes de la vida.
El estilo musical se puede definir como rock, que tiende principalmente hacia el A.O.R. (no pasa desapercibida la influencia de Bon Jovi), aunque hay momentos más Hard Rock y algún otro más Heavy.
Cantan en castellano, y a uno se les antojan como unos dignos compañeros de 91 Suite en esos parámetros musicales. Lástima que algún sello no se haya fijado en ellos.
En la grabación que nos llegó, junto a estos cuatro temas, había otros tres de tiempos antiguos. Tres canciones más lentas e íntimas, que sirven para dibujarles como un grupo completo, que se desenvolvía bien en los tiempos rápidos y cumplía en los lentos.
Es una pena que esta banda desaparezca, pero al menos nos queda la ilusión de saber que varios de sus miembros están comenzado a dar forma a un nuevo proyecto, que será la continuación natural de Laberinto Gris.
Comentario por: F-MHop.
(Fecha de publicación: 12/02/2004)
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