Para los que ya somos perros viejos en esto de escuchar rock, y si además has seguido con interés la mezcla de rap y metal que se inició a finales de los años 80 y que continúa hasta nuestros días (con bandas como Urban Dance Squad o Body Count, hasta Lin Bitzkit o Linkin Park) escuchar el disco “Más Gas”, anterior álbum de Sugarless, y ver esas canciones en directo situaban al grupo en lugar muy preciso: canciones llenas de energía, bien planteadas y ejecutadas, pero con referencias excesivamente evidentes a Rage Against the Machine, Sepultura y algún otro grupo puntero del metal de los 90.
Cuando hace entorno a un año y medio tuve la ocasión de entrevista a Ivahn, cantante Sugarless, se desmarcaba del nu-metal (un estilo que no es más que un remedo actualizado del rap metal) por la sonoridad más “setentera” de su grupo y destacaba la acústica de la batería. Yo compartía con él el desmarque del nu-metal, a pesar de las semejanzas (como la combinación de voces rudas y más finas) y el encuadre rap-metal, pero me costaba (y que conste que me esforcé) en ver esas referencias “setenteras” (más allá de las derivada en segunda instancia de las referencias directas que sí que bebieron de aquella época).
En definitiva, Sugarless era para mi un grupo divertido en directo y con canciones también entretenidas en disco, pero con escasa personalidad.
Pero he aquí, que tras la escucha de su nuevo álbum, “Vértigo”, mi opinión ha cambiado radicalmente y tras su primera escucha se esbozó una sonrisa de satisfacción al darme cuenta que la cosa se empezaba a poner interesante… Sucesivas escuchas de asimilación de las canciones me han confirmado esas primeras expectativas y he aquí un grupo que ha sacado buen provecho de sus “mil y una” actuaciones que han podido celebrar y que, ahora sí, muestra unas influencias “setenteras” más que saludables.
El planteamiento puede ser similar al del anterior disco… canciones rap-metal, con combinaciones de voces agresivas, suaves, medias (todas a cargo de Ivahn), con guitarras explosivas, riffs que hacen botar y una sección rítmica sólida que arrastra al oyente. Pero ahora las referencias a otros grupos han desaparecido (bueno… casi totalmente… en el inicio de la primera canción del disco sí que recuerda “demasiado” a Rage Against the Machine) y una sonoridad orgánica, con las guitarras remitiendo a Hendrix, Deep Purple, Funkadelic, y también algo al metal “noventas”, la batería gomosa y extensa (nada de la pega ultracompacta del nu-metal), además de una muy eficaz labor del bajista. Un conjunto que conforma la primera pieza del nuevo puzle.
La segunda son las letras… tan comprometidas como en el anterior disco, tan certeras, tan equilibradas… algunas más sutiles y metafóricas… igual de buenas que aquellas, pero con un paso adicional de maduración.
Y el tercero las canciones en sí mismas… parece ser que las hadas de la inspiración les han inundando y al menos 8 temas de los 11 rayan a gran nivel: transmiten el mensaje, arrastran con su fuerza y enganchan quedándose en la mente y generando ganas de volver a ser escuchadas.
Especial atención merecen “L.O.D.O.”, “Guantánamo”, “Vértigo”, “Desayuno sin diamantes”, “La espina”, y sobre todo “Barco Pirata”, que con elegancia expone la reclamación del grupo ante la piratería musical.
En definitiva, este nuevo trabajo de Sugarless muestra que el grupo ha ganado (mucho) en personalidad y recoge un buen puñado de canciones, directas, divertidas y con mensaje. A destacar, además de la sonoridad setentera ya explicada, la excepcional labor vocal de Ivahn (capaz de lucirse en tonalidades y tesituras muy distintas).
Por último decir que el disco se ha editado en una versión especial con un DVD que contiene varias canciones en directo grabadas en el último Viña Rock y que en su primera edición además contó con el regalo de una camiseta de regalo con un diseño exclusivo.
Comentario por: F-MHop.
(Fecha de publicación: 15/01/2004)
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