Actuación en la sala Escenario Santander, el 29 de diciembre de 2017.
Sólo con citar una parte del setlist ya os podéis hacer una idea de la que allí se pudo liar: “Llamando a la tierra”, “Souvenir” (con un público efervescente coreando “Santander” cada vez que aparecía en las letras), “Maggie despierta” (con Tarque recorriendo la sala de cabo a rabo micrófono en mano repartiendo besos y haciéndose fotos con todo el que se le iba acercando), “Miedo”, “Quédate a dormir”, “Carolina” y un final apoteósico con el tema que definió la noche “Concierto salvaje”. De su último trabajo “Delta” (2016) sonaron precisamente el tema que da nombre al disco, “Delta”, el citado “Concierto salvaje” y sus singles “La esperanza” y “California”.
El resto se repartió entre auténticos himnos como los mencionados y temas para el recuerdo como “Perdido en la ciudad” (de su primer trabajo “Un buen momento”, 1995), “Usar y tirar” (del mismo “Usar y tirar”, 1999), “Pasos de equilibrista”, “Roto por dentro “ y “Las calles están ardiendo” (del fantástico “Memorias de un espantapájaros”, 2008) y “Calle sin luz”, “Basta de blues” y “Para no ver el final” (de “Para no ver el final”, 2010).
Con algunos problemas de sonido al arranque que se subsanaron en los primeros temas, la pulcritud fue la regla que rigió la velada. Tanto Carlos como Ricardo acompañados por sus músicos habituales en esta etapa, calentaron la sala a pesar del frío exterior y no dieron un momento de respiro.
Tanto la complicidad con el público de Santander y alrededores que acudió esa noche, como con parte de la familia y amistades de Carlos Tarque, que se encontraban viendo el concierto desde una zona acotada, hicieron de la noche algo más que un bolo más. Parecía más un concierto entre amigos y eso se reflejaba tanto en su vocalista como en el resto de músicos.
Mi querido compañero de conciertos, Mr. Deck, no iba muy convencido esa noche (su aprensión por la música en castellano es legendaria) pero tuvo que reconocer al finalizar que se alegraba de haber ido y que le habían convencido muy gratamente. De sabios es reconocer las cosas y Mr. Deck es muy sabio.
Lo mejor: El ambiente creado en la sala entre el público, los familiares y el propio Tarque. Se vivieron momentos de comunión absoluta.
Lo peor: Es imposible tocar todos los temas que te apetecen oír en algo más de hora y media de concierto pero eché en falta “Antihéroe” y “Oigo música”, por citar sólo dos. Carlos… Ricardo… Apuntadlos para la próxima!
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).