Seriedad, solvencia y éxito. Actuación en la Sala Pelícano del grupo de Birmingham, presentando en vivo su nuevo álbum "Violence" y una selección de su repertorio previo.
Pasadas las diez menos cuarto de la noche hicieron su aparición en el escenario los miembros del grupo. Podía tratarse de unos simples principiantes habida cuenta de la sencillez de la puesta en escena, pero estos chicos de Birmingham llevan ya seis trabajos a sus espaldas, el más reciente “Violence” recién sacado del horno y listo para ser presentado en esta gira.
Editors abrió la noche con el segundo tema de su último trabajo “Allelujah (so low)” no sin algunos problemas de sonido que se fueron corrigiendo poco a poco. Este tema – que resulta épico y potente – adelantaría lo que fue la velada. No hay mejor forma de empezar que con una buena proposición de intenciones.
Así, continuaron con “A ton of Love” y “Formaldehyde” ambos temas de su brillante trabajo “The weight of your love” y que todos los presentes pudimos corear en una sala llena a rebosar. Y es que el ambiente, de repente, ya había tomado forma. Este fue el momento de cambiar de tercio y pasar a “Darkness at The door”, un tema de “Violence” más ligero y al que no nos tienen acostumbrados los de Birmingham y que sin embargo hizo que el cantante Tom Smith empezara a moverse por el pequeño escenario contorneándose en esta manera suya tan especial, moviendo los brazos y piernas como queriendo impulsarse, como si se tratara de un gran calamar que va y viene por este fluido mezcla de humo y aire.
Y así siguieron temas como “No Harm”, en el que Smith, de la manera más íntima, nos hizo comulgar con los sentimientos más profundos, con el dolor de unos huesos rotos unidos con un pegamento que en esta sala podía parecerse a las voces que coreaban el estribillo. Para entonces La Pelícano era ya una verdadera capilla en la que los presentes nos habíamos dado a esta tan particular religión.
Editors continuaron con temas como “Blood”, “Munich”, “In this light and in this Evening” y “Eat raw meat=blood drool”, los dos últimos de su trabajo de 2009, los cuales la sala lo apreció con fervor, coreando y saltando, aprovechando esos impulsos de Tom Smith que lanzaba una y otra vez desde el escenario.
Volvemos de nuevo a “Violence” con dos temas: el irregular “Nothingness” y el cálido “Belong”.
Siguieron temas como el apreciado “Sugar”, el dinámico “Racing rats” y “Ocean of Night”, este último cantado por Smith con una candencia lenta, aproximándose a la primera fila de los fans más de lo que la seguridad razonable aconseja, dejándose mecer por la melodía, dirigiéndose a algún lugar entre tinieblas, esas tinieblas en las que Editors se encuentran a gusto, en el fondo de ese océano tan negro y profundo que cautiva y nos atrapa en su red.
El encore se extendió en otros cuatro temas, los dos primeros de “Violence”. El primero fue “Cold”, en el que Smith pudo dar todo lo bueno de sí mismo. Seguidamente tocaron “Magazine”, primer single de “Violence”que se hizo esperar.
Editors cerró el concierto con los temas “papillon”, fundamental en su discografía y “marching orders”, broche final a un concierto muy esperado para los fans de este grupo que es inmenso.
Si en algo nos ponemos de acuerdo todos los seguidores de Editors es que en este último álbum Editors es menos Editors, quizá por la introducción desigual de sintetizadores y guitarras en distintos temas y que, si bien no parecen conducir a ningún sitio y no logran dar una forma de conjunto al álbum, permiten ver con claridad que los grupos se mueven, permutan y cambian. Quizá también porque este álbum es menos oscuro, con temas más alegres y para los cuales no estábamos preparados.
Editors hizo un trabajo excelente en Coruña, pudimos ver y escuchar todo lo que han dado de si hasta ahora y una cosa quedó clara: lo mejor está aún por venir. Seguro.
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).