Un ecléctico festival como antesala musical de la prueba del mundial de MotoGP en España. Love of Lesbian, Los Zigarros, Silvia Superstar, Fatboy Slim, Crystal Fighters o Iggy Pop fueron algunos de los artistas participantes.
El festival Motor Circus, nace como una gran iniciativa para dar cancha a la música que sirve normalmente de banda sonora de espectáculos multitudinarios; ya sea de apoyo y telón de fondo del speaker de un gran acontecimiento deportivo, para recibir a un club deportivo o inaugurar una gran gala del deporte. En este caso, preceder como espectacular antesala del mundial de MotoGP España en Jerez de la Frontera, Cádiz. Grandes artistas como Love of Lesbian, Los Zigarros o Silvia Superstar engrosarían el ecléctico cartel encabezado por el genial Iggy Pop y unos sorprendentes Crystal Fighters. Además, de contar con formaciones de música electrónica y DJ de alto nivel como Nasty Mondays, Colin Peters, The Zombie Kids y el gran Fatboy Slim.
Aunar fuerzas gracias al fenómeno motero y rockero, muchas veces entrelazado, viene de una larga tradición desde los años 60, no sólo por la estética y forma de vida de ambas tribus urbanas, muy afines en muchos aspectos, tales como ideales de libertad y lidiar o curtirse con las duras enseñanzas de la escuela de la calle. Aunque, en un principio el experimento no salió demasiado bien, como en el festival como Altamont 1, en contraste con la antesala del Woodstock 2. Sí es cierto, que en más de una ocasión grandes eventos o macroeventos posteriores y hasta bien entrados nuestros días, han sido celebrados en circuitos de velocidad de vehículos motorizados, como por ejemplo el famoso e histórico festival de Donington Park en las inmediaciones del famoso castillo y el condado de Leicestershire, cuando las mejores bandas de rock duro y en los últimos años thrash y hasta nu metal, desfilaron por los escenarios montados para tal ocasión. Ya en futuras ocasiones y en el mismo marco, seguirían la tradición otras promotoras, adaptando las nuevas propuestas musicales a los nuevos tiempos. El festival Motor Circus, bebe un poco de estas fuentes, por decirlo así, y es que en esta primera edición eligieron unos estilos muy dispares, en donde se buscaba sobre todo el animar el ambiente, ya de por sí festivo, que debe preceder a toda celebración multitudinaria. En donde además de rock, había presente música de DJ, dance o alternativa.
Por cuestiones ajenas a la organización y a nosotras mismas, personas encargadas de cubrir el evento musical para La Factoría del Ritmo, nos fue imposible hacer los preparativos y desplazarnos con suficiente tiempo de antelación, ante la premura o urgencia surgida tan sólo unas horas antes de comenzar el acontecimiento y que supuso realizar el trayecto de desplazamiento de varios cientos de kilómetros con el tiempo muy justo, o como se suele decir coloquialmente, sin pausa, pero sin prisa. Porque lo importante siempre es llegar a los sitios y la carretera andaba bastante transitada por automóviles, pero sobre todo por motoristas, que muchos de ellos saludaban con sus característicos gestos.
Llegamos con el tiempo justo y necesario para gestionar las credenciales e irnos flechados para el backstage y tratar de tomar posiciones de cara a la actuación, de quizás uno de los músicos más icónicos, influyentes y de gran personalidad del rock de todos los tiempos, James Newell Osterberg, Jr., más ampliamente conocido por su alias artístico Iggy Pop. El curtido rockero que cuenta con 70 primaveras prácticamente recién cumplidas y el longevo currículum de artista, ya sea en solitario o como miembro de las bandas legendarias como The Iguanas o The Stooges. Apareció en escena creando amplia expectación entre el heterogéneo publico asistente, en donde podías ver en las primeras filas a seguidores del indie, moteros, heavies y punks, además de quizás personas más neutras o de tipología “estándar” y difíciles de clasificar en cuanto a tribu urbana se refiere, muchas de ellas casi hacinadas en la zona VIP o como bautizaron y le oí a compañeros referirse a esta atípica zona elitista, el “corralito”. Y es que este tipo de medidas un tanto clasistas, no dejan de sorprenderme a día de hoy, muchas exportadas, como no, de la omnipresente USA. Incluso, llegamos a presenciar un conato de altercado entre un miembro de seguridad y alguien que perdió los papeles insultando y que creyó haber pagado por el supuesto privilegio. En realidad, dicha zona quitaba bastante espacio con respecto a lo que podría haber sido un foso más amplio para los fotoperiodistas y ya no digamos, con respecto al público con entrada general en la zona central al otro lado de la valla. A pesar de todo, el clima de fiesta prevaleció sobre cualquier otro aspecto distinto, que pudiera haber hecho aparición en un ambiente tan ecléctico y bullicioso, en un momento dado.
Iggy con su presencia atemporal y personalidad arrolladora llenó el escenario el solo, se metió en los bolsillos del pantalón de camuflaje que lucía para tal ocasión, a los miles de fans y curiosos que se habían dado cita en el recinto deportivo de la playa de la puntilla del Puerto de Santa María, junto a la margen del río Guadalete. Y para abrir fuego, lo hizo nada menos con todo un himno del punk, versioneado en multitud de ocasiones, “I Wanna Be Your Dog” de Stooges. Pero, como se suele decir, no hay nada como el original y más cuando hemos llegado a oír en algún directo pasado, frases como, mira están tocando una de Vulpes, cuando en realidad no era la adaptación de la famosa banda vasca, sino el cover original firmado por uno de los tipos, junto al escritor William S. Burroughs, que se ha ganado a pulso el honorífico título de “Godfather Of Punk”, el señor Iggy Pop. Le siguió otro temazo, “Gimme Danger”, casi sin tiempo de reaccionar y hasta de preguntarnos cual sería el secreto de la buena forma en que se mantiene no sólo en cuanto a aspecto físico se refiere, sino vocalmente, que vozarrón luciría a lo largo de toda la descarga. Iggy nos iba sumiendo en un viaje hipnótico, que iba más allá del tiempo y las sensaciones, cuando casi sin darnos cuenta estaban sonando los acordes del tema “The Passenger”, a la vez que se iban formando pequeños pogos, al principio algo tímidos y conforme fue transcurriendo la actuación se irían intensificando, siempre con el tono de diversión y de fiesta que merecía la ocasión.
La actuación de este gran artista de Michigan, pero tan ligado a Detroit, ciudad tan vinculada al motor y por mor a los sonidos más duros y afines entre los oídos más finos de ambas especialidades, aún tenía un extenso set list que presentar. “Lust For Life” encabezó un grupo de temas, que independientemente fueran singles o hits en su tiempo, siguen muy vigentes a día de hoy. De hecho, prácticamente fue enlazando temas con temas, sin apenas pausas o presentaciones, que haberlas las hubo también, dedicando algunas palabras en castellano al respetable. Le siguió “Sixteen” y el público no paraba de brincar, bailar y cantar. Al cual siguió un tema muy shock rock y que particularmente siempre me ha gustado mucho, “Skull Ring”, sin ningún tipo de detrimento para otros éxitos o temas más consagrados, a pesar de no haber ninguna canción o prácticamente ser imposible encontrar algún tema de los llamados de relleno a lo largo de su impoluta y extensa carrera. En este caso, el estribillo machacón venía que ni pintado por el marco en que tenía lugar la actuación y las propias circunstancias de la misma:
“Anillos de cráneo,
Coches rápidos
Chicas calientes
Dinero
Anillos de cráneo
Coches rápidos
Chicas calientes
Cosas lujosas” 3
Perdonando un poco el obvio comentario machista, el resto de versos daban rendida y completa cuenta de gran parte de lo que estaba aconteciendo irónicamente en el lugar, pero tanto Iggy como su experimentada banda, el público presente, todos seguimos a lo nuestro, que era una gran fiesta de rock, camaradería de magia y energía que recorría el escenario y traspasaba cualquier barrera u obstáculo que pudiera encontrarse por el camino, a modo de feed-back.
Grandes canciones como “I’m Sick of You”, “Some Weird Sin” o “Repo Man” precederían a temas históricos de los Stooges, como el archiconocido “Search and Destroy” y “Down On The Street” procedentes de “Raw Power” y “Fun House” álbumes respectivamente de 1973 y 1970. Y es que la historia de varias décadas e influencias de múltiples estilos y subgéneros estaban cobrando vida una vez más delante nuestra, reinventando y logrando progresar y avanzar en términos de proto punk, post punk o quizás sonara por momentos a hard rock o más garage y a ratos new wave en los tiempos menos densos. Pero el caso, es que Iggy estuvo pletórico e inmenso en cuanto a facultades, realizando sus típicas y tan características poses y bailes, que en un momento parecía que se iba a desarmar o desencajar y al rato siguiente se encaramaba a unos cables que brotaban de los grandes bafles exteriores del escenario o se tiraba al público tal cual. Digno de admiración, y como no, sus escupitajos al viento y gestos que más que de iguana, por estas tierras bien pudiera asemejarse a las de un camaleón.
Llegado al tema “Mass Production” le seguiría una pausa, tras la que vendría una canción más sosegada y elegante, “Gardenia”, de nuevo cuño y perteneciente al último disco que está presentando “Post Pop Depression”. En la que si había duda y ya sin tanto arropamiento atronador, hizo acopio de su genio y cantó maravillosamente bien en su personal tonalidad grave. Para ya ir acabando el último tramo del concierto en el que la noche fue cubriéndonos sobre su negro manto, y los temas se iban sucediendo vertiginosamente pero con un Iggy que se mostraba muy receptivo con el público y no quería dejar el escenario. Tras la pausa que dio “Gardenia” volvieron los temas más trepidantes y con ellos los pogos se intensificaron en un recinto, que aunque quizás tan sólo se llenó un poco más de media entrada, con Iggy por momentos daba la sensación de estar abarrotado, por el tumulto y calor humano presentes. Estos temas que nos llevarían entre la hora y tres cuartos y las dos horas cercanas de duración, no serían otros que “No Fun” y como no, para el tramo final del bis extra largo sonarían otros tantos clásicos himnos de Stooges: “Loose”, “1969”, “Raw Power”.
En este tramo final, pude ser testigo de excepción, de un hecho que me hizo muy feliz, ya que desafortunadamente me había perdido la esperada y ansiada actuación por mi parte de Silvia Superstar, al menos pude disfrutar como fan desde los comienzos de Killer Barbies, el poder comprobar el grado de admiración de ella hacia el gran Iggy, cantando en todo momento, bailando, grabando algunos instantes con el móvil y disfrutando en suma como alguien más del público y agazapada de forma discreta en un lateral de la valla, aunque para mí en concreto no pasó para nada desapercibida. Al contrario, fue un lujo verla cantar en un tema que ya de por sí había versioneado ella, “Candy”. Sinceramente, fue un momento en el que tenía la vista repartida entre Iggy y Silvia. Antes, Iggy había cantado “Wild One” y ya para acabar del todo, en el que podríamos comentar como último bis, se despidió con el tema de Stooges, “TV Eye”. En lo que sin duda fue una actuación sensacional, en las que si no rondaron las dos horas de actuación, poco faltó. Y hubo momentazos de todo tipo, incluidas las graciosas sombras chinescas con las que prácticamente a la par que bromeaba, simulaba hacer un lagarto sobre las lonas del escenario y se iba despidiendo, hasta que finalmente hizo el saludo casi protocolario con el resto de los músicos en agradecimiento al público que vibró durante toda la descarga del adrenalítico Iggy Pop.
Lo que vino a continuación, fue la improvisación de una rampa de lanzamiento, junto al lateral del escenario musical y la torre de control de sonido y DJ. Que serviría para el espectáculo acrobático de motor de trucos de freestyle de la mano de Dany Torres, ganador de la Red Bull X-Fighters en 2011. Le acompañó su compañero y amigo Pedro Moreno, también laureado con torneos como el Campeonato de España de Freestyle en 2013. Obsequiaron a los aficionados a estas arriesgadísimas acrobacias con numerosos saltos y retos mortales, que incluso sobrecogieron en más de una ocasión a público neófito a este tipo de modalidad de motociclismo de estilo libre.
Crystal Fighters cumplieron las expectativas en un ambiente tan festivo y proclive a la música bailable. Su propuesta más “dance”, entorno a la música electrónica e indie, fue muy propicio para ello. Mucha fusión e incluso cierto toque étnico y folk no sólo por sus vestimentas y avales como los hits “Love Is All I Got” o “You And I” inundaron de fiesta el recinto del festival. Otros momentos destacables de su actuación fueron temas también conocidos de la banda como “Xtatic truth” o “I Love London”.
Al acabar temporalmente las actuaciones en el escenario principal, se alternó con el escenario habilitado en uno de los pisos de la torre de control de sonido y The Zombie Kids comenzaron a amenizar al personal pinchando en su sesión de música house & dance, mientras se hacían los preparativos pertinentes para acomodar la mesa y aparatos del archiconocido Fatboy Slim.
Fatboy Slim, siguiendo un poco la dinámica rave de la noche, desde que hizo aparición en el escenario principal y apoyándose en video montajes a su espalda y rayos láser, se metió al público en el bolsillo, con su propuesta de acid house y big beat. En su repertorio de ritmos trepidantes con sampler, guiños y homenajes especialmente dedicados a los relativa y recientemente grandes fallecidos Prince y Bowie (abril y enero del año pasado, respectivamente) y aún conmocionado el mundo de la música. También habría recuerdos para Ramones y su famoso estribillo de “Hey Ho, Let’s Go”, “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana o el hiper versioneado y sampleado “Get Up (I Feel Like Being a) Sex Machine” de James Brown. Intentar calcular los trabajos realizados por este incansable músico, productor, DJ y explorador aventurero en expediciones al ecléctico mundo de la música popular contemporánea, es harto complicado. Como curiosidad, mencionar de su pasado esplendoroso en la formación de rock The Housemartins o con la banda británica de acid house Freak Power, para terminar dando el salto mortal, que es precisamente de lo que iba la noche, hacia el big beat 4. Y de todo el legado que nos hizo disfrutar a lo largo de la ya parcialmente brumosa y fría noche, en las postrimerías del evento y cercanías de las orillas húmedas del próximo Guadalete, en su desembocadura al bravo mar Atlántico. Cuando acabó la actuación de Norman Cook, alías miles, pero más conocido por Fatboy Slim, The Zombies Kids siguieron con sus sesiones de DJ hasta altas horas de la madrugada. Nos quedaba aún un largo camino de regreso, despedidas de compañeros y miembros de la organización que nos facilitaron en todo momento las labores propias de poder informar de este singular acontecimiento deportivo musical, que esperamos con total sinceridad los que suscribimos el artículo pueda tener una buena y saludable continuidad.
Notas aclaratorias:
1. Altamont, en este caso se hace referencia al famoso festival cuyo nombre original es Altamont Speedway Free Festival, celebrado el 6 de diciembre de 1969. Fue organizado por la banda británica The Rolling Stones y tomaron la polémica decisión de encargar la seguridad a los Ángeles del Infierno o Hells Angels, con el fatídico resultado de la muerte de un joven que empuñaba un arma e iba intoxicado por estupefacientes a manos de un motero perteneciente a esta agrupación. El festival de Altamont también es conocido como “La muerte de la nación Woodstock”, pues supuso para críticos y entendidos el final de la era hippie y en años no se permitió un concierto de similares características.
2. Woodstock Music & Art Fair o Festival de música y arte de Woodstock, fue un macroevento que se produjo casi de forma espontánea, en plena efervescencia y apogeo del movimiento hippie, la celebración se repartió entre los días 15, 16, 17 de agosto y hasta bien entrada la madrugada del 18 de agosto de 1969.
3. Traducción al castellano del estribillo de la canción “Skull Ring”, publicada por Iggy Pop en el año 2003. El décimo quinto álbum de estudio de igual título genérico que el tema “Skull Rings”.
“Skull rings
Fast cars
Hot chicks
Money
Skull rings
Fast cars
Hot chicks
Fancy things”
4. Tal es la abrumadora y longeva trayectoria del ecléctico y camaleónico Norman Cook “Fatboy Slim”, que entre sus numerosas anécdotas y participaciones musicales, tiene una en concreto junto al gran protagonista del evento, Iggy Pop. Para la banda sonora de la serie de TV “Héroes”, realizó la versión de la formación The Monochrome Set “He’s Frank (Slight Return)” e Iggy fue cantante de dicho tema.
Enlaces de interés:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).