Tengo que hacer la crítica del nuevo trabajo de Skunk D.
Llegados a este punto, lo que he de hacer es olvidar todos los prejuicios, tanto propios como ajenos e intentar haceros llegar lo que sus canciones me han transmitido. Allá voy.
Lo primero, para ir dejando las cosas claras: si te apasiona el nuevo metal, este CD te va a parecer increíble. Esta lleno de riffs que conectan directamente con los maestros del genero: Machine Head, Soulfly, Korn, Deftones… También presenta todas las subidas y bajadas emocionales que te puedas imaginar, sustentadas en las proclamas de Germán, antaño histriónico intérprete, ahora efectivo vocalista. Y no acaba ahí la cosa, el sonido del disco resulta brutal, compacto y con unos detalles en la producción insertados con gusto exquisito por Daniel Alcover, consiguiendo de este modo dar cohesión al mismo tiempo que variedad a Neo y aumentando considerablemente la calidad global de la grabación.
Los diez cortes que componen el CD son lo suficientemente heterogéneos como para mantener el grado de atención del oyente en un nivel más que aceptable. Heterogéneos y variados, pero eso sí, dentro de lo previsible y prosaico que hoy en día es el nu-metal. La inicial La Nueva Voluntad, que guarda grandes similitudes con el hit de los Ill Niño God Save Us , deja paso a una original y adictiva Cirkus: sensacional trabajo de batería y producción imaginativa en una canción llena de groove llamada a convertirse en un clásico de la banda. Tras la caña de los tres primeros temas, el ritmo del disco se relaja gracias a la deftoniana En Cinco Minutos, un exorcismo personal en forma de hermoso medio tiempo. A esta le sigue el funk corrupto de Los Niños Perdidos, tema de intensidad creciente y letras de contenido político. La segunda mitad del disco comienza con un piano exhalando aromas propios de los Depeche Mode entrelazado con el sonido arrollador del doble bombo en la canción titulada Este Dolor. Percusiones interesantes aparecen en Creer y Sin Aliento , mientras que Decadente esta cuajada de harmónicos artificiales, que nos transportan a los tiempos del Burn My Eyes. El disco finaliza con las programaciones de una electrónica y oscura Obsesión.
Es obligado recalcar como positivo el grado de mesura y comedimiento alcanzado por una banda que en el pasado se había mostrado muy propensa a la exageración y a los golpes de efecto. A día de hoy han conseguido con Neo un disco sólido y de gran fuerza expresiva. En definitiva, un buen trabajo, aunque enfocado sin duda a un sector concreto del público metálico.
Comentario: Pablo Pelayo.
(Fecha de la publicación: 15/05/2003)
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