Para la generación Nirvana, a la que creía pertenecer (no tengo ningún problema en reconocerlo), el rock español era demasiado grotesco y directo para prestarle atención.
Canciones prohibidas pasó mas o menos desapercibido, aunque no guste a más de uno, y entonces tras una larga espera por algo nuevo de Extremoduro aparece este YO, minoría absoluta. Desde la primera canción, A Fuego, Extremoduro deja claro cuál va a ser el sonido general del disco. Guitarras contundentes castigando letras ácidas e irreverentes que parecen carecer de noción de tiempo, lo único actual es la voz de Robe.
Para mi este es el álbum que siempre había querido oír después de descubrir al grupo, y sobre todo sus grandes discos. Pues este es otro gran disco que respondería (y responde) a las expectativas creadas tras una larga trayectoria de éxitos. Canciones como A fuego, Menamoro, Puta o Buitre no come alpiste no defraudaran a los seguidores más ortodoxos del grupo.
Imprescindible para todo amante del buen rock.
Comentario: Sergio de Luz
(Fecha de la publicación: 02/05/2002)
Be the first to comment